La dieta de una embarazada

Toda mujer embarazada debe llevar una dieta balanceada en proteínas, carbohidratos y grasas; se recomienda ingerir al menos cinco porciones diarias de frutas y verduras, preferiblemente en trozos, ya que en zumo suelen perder algunas propiedades necesarias para el desarrollo del bebé. Es importante mantener un estricto cuidado con las grasas,  según investigadores de la Universidad de Illinois, un alto consumo de estas podría generar diabetes futura al bebé, un 30% de las calorías diarias que pertenezcan a este grupo sería lo indicado.

Es típico en las embarazadas sufrir de estreñimiento, consumir fibra ayuda a regularizar la actividad del intestino, las podemos conseguir en cereales y granos tales como el trigo y los frijoles. Los minerales como el Calcio, Hierro y Zinc son esenciales para el desarrollo del feto; el último de estos actúa en el metabolismo de los ácidos nucleicos y síntesis de proteínas, principales responsables del crecimiento celular y por ende del individuo; el pollo, el pavo, el jamón, los mariscos, los granos, las semillas, los huevos, el tofu, los cereales, el jengibre y la cebolla son algunos de los alimentos en los cuales está presente este mineral. Por su parte el Hierro representa parte importante de la hemoglobina, aumenta la resistencia a la enfermedad y al estrés, evitando el cansancio y la irritabilidad.

Según una publicación de la revista PLOS ONE en junio de 2013, investigadores británicos y brasileños han llevado a cabo un estudio que señala que que ingerir mariscos durante el embarazo reduce la ansiedad hasta en un 53%  respecto a aquellas mujeres que no le incluyen en su dieta. Es importante recordar visitar al nutricionista durante y después del embarazo, tomando en cuenta que luego de llevar nuestro bebé nueve meses en el vientre este dependerá durante su próximo año de vida de la lactancia materna como su principal fuente de alimentación.